Dirección: Roberto Hernández y Geoffrey Smith
Producción: Layda Negrete, Roberto Hernández, Martha Sosa, Yissel Ibarra, Nicolás Vale
Distribución: Cinépolis
Sinopsis
Toño caminaba tranquilamente por la calle cuando fue apresado por la policía acusado de un asesinato que no cometió. El joven de 26 años no pudo demostrar su inocencia y fue condenado a 20 años de cárcel. Roberto Hernández y Layda Negrete, dos abogados, se involucraron en el caso y comenzaron a grabar su lucha para demostrar la inocencia de Toño y denunciar la corrupción en el sistema judicial mexicano.
La cinta, que ha sido la más premiada del cine mexicano reciente, presenta la historia de José Antonio Zúñiga Rodríguez, pero todas las cárceles de México están repletos de Toños. El 92% de las acusaciones carecen de evidencia física, sólo se sustentan en los testigos oculares frecuentemente coaccionados por la Policía Judicial, por lo que la acusación policial es casi el veredicto. De hecho el 80% de las sentencias son condenatorias a nivel nacional y en el Distrito Federal ascienden al 95%.
Layda Negrete, abogada y productora del documental, estuvo tres meses trabajando de incógnito en una agencia del Ministerio Público. Layda revela que según las encuestas de población de reclusorios que realizó el CIDE en los años 2000, 2005 y 2009 “en México el 41% de los presos son torturados por la policía y el 93% nunca vieron una orden de detención cuando fueron detenidos”, por lo que no son informados de los motivos de la detención, del delito por el que se le acusa ni de sus derechos. El 93% de los acusados nunca ven al juez porque no se presentan a las audiencias. Para Layda Negrete "la realidad dista mucho de nuestro imaginario de justicia”.
El documental muestra a través de la lucha de Toño un sistema judicial y carcelario dirigido no a la averiguación de la verdad jurídica, sino a la gestión de las acentuadas desigualdades sociales del país mediante el miedo, la violencia y la impunidad de las autoridades.
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